2/1/15

EL ARTE DE ENVOLVER REGALOS

Recién estrenado el 2015, los Reyes están a la vuelta de la esquina y nos tenemos que poner al día en el ‘arte de envolver regalos’. Ya no vale con ‘tapar’ lo que regalamos con un papel bonito, ahora hay que trabajárselo porque estamos en el siglo XXI y lo de siempre nos aburre. Además ¿a quién no le gusta agradar un poco más?

En este post os damos algunas ideas para empaquetar vuestros regalos de forma bonita y original.

Empezamos con unas propuestas baratas y ecológicas, reciclando materiales como una huevera o botellas de refrescos. Un poco de pintura, unos lunares (que le sientan bien a todo), unos lazos y… este es el resultado:




¿Y unas cajitas muy monas con el cartón de los rollos de papel higiénico? Solo hay que plegarlas por los extremos y usar la imaginación para decorarlas. Nos sirven para los detalles más pequeños.



En medio de la corriente vintage que afecta a ropa y decoración, el envoltorio de regalos no podía quedarse al margen y vemos cómo las formas sencillas, puntillas y el toque cursi se han hecho su hueco. Esta moda convierte el papel de periódico en un básico que, completado con los más diversos adornos, nos ayudan a conseguir un paquete de lo más elegante. Os sugerimos esta idea en la que se trenzan unas tiras recortadas de folios de colores para hacer un lazo diferente y alegre.


Otro papel que podemos usar: una partitura. ¿Verdad que es precioso?


El papel kaft (ese marrón y simple del que se hacían las bolsas de supermercado que veíamos en las películas americanas) es el último grito. Os presentamos varias versiones logradas gracias al toque textil (con los pompones, la lana o los banderines de fieltro):


Gracias al toque rústico (con el lazo, las hojas y la cuerda de pita):


Y gracias a la magia de los lunares. Podéis hacerlos mojando en pintura la goma de borrar trasera de un lápiz o a mano alzada (solo para valientes con buen pulso). Los amantes del brillo probad a dibujarlos con pintauñas de purpurina y quedaréis deslumbrados.



Seguro que os metéis a los niños en el bolsillo si añadís a vuestros empaquetados un hocico, unos ojitos y unas orejas.


¿Y hacer una composición con varios paquetes para construir, por ejemplo, un muñeco de nieve?


¿Qué os parecen? ¿Creéis que merece la pena envolver con tanto esfuerzo los regalos de los más pequeños o usaríais estas ideas solo para los adultos?



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